La Sala dei Protettori


A PRIMERA VISTA

La Sala dei Protettori data de la ampliación del Palacio en 1508 y tiene el mismo estilo arquitectónico que las demás salas representativas. En la actualidad, la Sala, donde se encuentran algunas de las obras más valiosas de todo el edificio, da acceso directo a la oficina del Presidente de la Autoridad del Sistema Portuario del Mar de Liguria Occidental y en ella se celebran las reuniones de la alta dirección del Ente y de su Comité de Gestión.

Descubriendo la Sala dei Protettori

La Virgen con el Niño Jesús y San Jorge

Es un lienzo en forma de luneta en el que se representa en primer plano a San Jorge vestido con una armadura y, en el fondo, en el centro, a la Virgen con el Niño Jesús. Actualmente, la pintura se mantiene en la oficina del Presidente del Ente. Gracias a unos documentos sabemos que el cuadro, antes de la restauración del Palacio a finales del siglo XIX, se encontraba en el segundo piso y se conservaba el Archivo del Banco di San Giorgio. Su atribución es bastante controvertida: Federico Alizieri, en la primera edición (1866) de su Guía Artística de la ciudad de Génova (Guida Artistica per la città di Genova), la atribuye a Domenico Fiasella, mientras que en la segunda edición se atribuye a G.B. Carlone. Para permitir la restauración del Palacio por parte de D’Andrade, a finales del siglio XIX el cuadro fue transferido al Archivo de Estado y posteriormente devuelto al Palazzo San Giorgio a principios del siglo XX. Durante esta última reubicación se descubrió una nota en el reverso del lienzo, “con escritura del siglo XVII” con el nombre de Luciano Borzone. Entre las asignaciones recientes, también ha aparecido la de Giuseppe Maria Crespi. En los últimos años las recientes exposiciones sobre Caravaggio y sobre Orazio y Artemisia Gentileschi, así como la observación de la calidad del cuadro, sobre todo en lo que se refiere a las partes significativas (véanse las manos de San Jorge y la figura del propio Santo con respecto a la Virgen), nos hacen reflexionar sobre la presencia de al menos dos personas diferentes que pintaron el cuadro. Otros elementos de reflexión pueden ser la presencia de Orazio Gentileschi en Génova al mismo tiempo en el que se pintó el cuadro, su documentada amistad con Luciano Borzone y las sorprendentes analogías con la figura de Valeriano en la Visión de Santa Cecilia siempre de Gentileschi, que se encuentra en la Pinacoteca de Brera. Estas y otras razones han hecho que se sienta la necesidad de reunir la mayor cantidad de información posible para llamar la atención de los críticos sobre una atribución que podría reconsiderarse.

*El período entre 1528 y 1630 aproximadamente se conoce como el siglo de los genoveses: de hecho, en este período, el peso en la política europea de la República de Génova, además de confirmar su papel como encrucijada del tráfico marítimo entre Oriente y Occidente, había crecido considerablemente y “La Superba” se había convertido en un polo artístico muy importante de alcance europeo. Génova, de hecho, fue un centro donde se experimentaron las tendencias y por la que pasaron varios de los más grandes artistas de la época, de todas las nacionalidades, en particular Orazio Gentileschi, Pedro Pablo Rubens, Anton van Dyck y Mattia Preti.

La Vergine con il Bambino, San Giovanni e San Giorgio

Il dipinto è attribuito a Giovan Battista Paggi** e rappresenta la Madonna col Bambino, San Giorgio e San Giovanni Battista in adorazione . Nel dipinto compare in basso a sinistra il Palazzo nei primi decenni del XVII Secolo con la facciata dipinta a fresco da Lazzaro Tavarone. Nel quadro sono riuniti due emblemi, quello della Madonna Regina di Genova e quello più antico di San Giorgio. Oggi è conservato nella Sala dei Protettori sopra il camino del Della Porta.

**Giovan Battista Paggi (1554/1627) Si formò sulla lezione di Luca Cambiaso, cui rimase a lungo lega­to; costretto a lasciare Genova nel 1580, si trasferì a Firenze dove lavorò per circa un ventennio alla corte medicea, raggiungendo una posizione di notevole prestigio. Tornato a Genova attorno al 1600 con una solida fama, si affermò per oltre un decennio come autorevole rappresentante e caposcuola di un significativo settore della pittura locale. Tra le opere eseguite dopo il definitivo ritorno in patria il Martirio di S. Orsola e delle Vergini nel Duomo di Savona, databile attorno al 1600, Venere e Amore di Palazzo Bianco, la Flagellazione di Palazzo Bianco, coeva della Madonna del Rosario dell’ Accademia Ligustica. Numerosi i suoi dipinti nelle chiese genovesi, tra i quali la Morte di S. Chiara alla SS. Annunziata, il Presepio all’Albergo dei Pove­ri, la Comunione di S. Gerolamo in S. Francesco da Paola.

LA CHIMENEA

La obra más valiosa de la Sala dei Protettori es la chimenea hecha por Giacomo Della Porta* presumiblemente en 1554. El misterio del fuego inspira la decoración de la chimenea con sus pilastras estriadas, que terminan con la forma de pata de león, colocadas sobre una base cuadrada adornada con cabezas de león; las pilastras sostienen un fino arquitrabe en el centro del que, entre dos frisos de llamas estilizadas, se puede leer el lema “Quid magis potuit”. En el arquitrabe, se colocan dos urnas a los lados; en el centro hay un trofeo triangular flanqueado por dos figuras femeninas. La chimenea está superada por la representación de Júpiter Tonante**. El medallón en bajorrelieve representa el sacrificio de Mucio Escévola***. La chimenea fue restaurada por última vez en 2008.

*GIACOMO DELLA PORTA Forma parte de una familia de escultores de Como, probablemente comenzó como yesero. Hizo sus primeras obras en Génova. Desde 1559 se documenta su presencia en Roma donde inicialmente colaboró con Guidetto Guidetti en los trabajos del Campidoglio, Basílica de Santa María Mayor y Palazzo della Sapienza. Tuvo éxito tras la elección de Papa Gregorio XIII (1572-85), durante cuyo pontificado construyó la capilla gregoriana de San Pedro en el Vaticano, la iglesia de Santa Maria ai Monti (1580), y trabajó en la Iglesia del Gesù, para la que completó la fachada, la cúpula y las capillas (1573-75). Bajo Papa Gregorio XIII emprendió una serie de obras destinadas al planeamiento urbanístico de las plazas y a la construcción de famosas fuentes para la Piazza dell’Aracoeli, Piazza Colonna, Piazza Navona, Piazza del Popolo, Piazza della Rotonda, Piazza Mattei (la famosa Fuente de las Tortugas). Bajo Papa Sixto V (1585-90) trabajó con Domenico Fontana para completar la Cúpula de Miguel Ángel (1588-90) para la Basílica Vaticana que quedó inconclusa después de la muerte de Miguel Ángel. En esos años también trabajó en San Luigi dei Francesi, en el Campidoglio (fachada del Palazzo Senatorio, escaleras y la cordonata capitolina), en San Giovanni dei Fiorentini. Concluyó su actividad bajo Papa Clemente VIII con la Villa Aldobrandini en Frascati y la Capilla Aldobrandini en Santa Maria Sopra Minerva (1600-02).

**El dios más importante del panteón latino deriva de un ser celestial supremo de la tradición indoeuropea, así como demuestra su nombre, formado por una raíz que indica el cielo luminoso y epítetos, como Lucetius, Fulgurator, Tonans, Pluvius. Concebido como el gobernante supremo del mundo, se le veneraba en las cumbres de las montañas y se le invocaba como garantía de pactos, juramentos, fronteras, leyes. Las ciudades latinas lo asumieron como símbolo y garantía de la unidad política confederal. Sus templos más antiguos fueron, además del templo capitolino, el dedicado a Jupiter Feretrius (también en el Capitolio) y el de Jupiter Stator, cerca de Porta Mugonia en la Via del Palatino. Con Marte y Quirino, Júpiter formó una tríada muy antigua; más reciente fue la formada con Minerva y Juno, venerada en el templo capitolino.

***Mucio Escévola (nombre real Gaius Mucius), es el protagonista de una conocida leyenda romana de la que deriva el dicho “Poner la mano en el fuego sobre algo de lo que se está absolutamente seguro”. Se dice que en el 508 a.C., durante el asedio de Roma por los etruscos comandados por Porsena, la situación para Roma era desesperada, la comida escaseaba, la población estaba agotada y las tropas desmoralizadas. Un joven aristócrata, Gaius Mucius, se ofreció voluntario al Senado matar al comandante etrusco. Después de obtener la autorización, Gaius Mucius se infiltró tras las líneas enemigas gracias a su origen etrusco, armado solamente con una daga llegó al campo de Porsena. Gaius Mucius pensó haber encontrado al comandante etrusco y lo golpeó, pero de inmediato se dio cuenta de que se había equivocado de persona: el que había matado no era el comandante etrusco, sino su escribano. Gaius Mucius fue inmediatamente capturado por los guardias del comandante y llevado ante Porsena; el joven romano no dudó en decir “¡Quería matarte! Pero mi mano se equivocó, ¡y ahora la castigo por este error imperdonable!”, tras decir esto puso su mano derecha en un brasero donde el fuego ardía y no la retiró hasta que se consumió por completo, desde aquel día el valiente romano se hizo conocido como Mucio Escévola (Mucio el Zurdo).